domingo, 4 de octubre de 2009

Nightmares at night 08

Entre a esa casa, y apenas lo hice una pared comenzó a comerse todo.
Para salir tendría que ir de punta a punta como en un laberinto, antes de que la pared movediza me comiera a mi también.
Salí a tiempo, en una especie de estacionamiento con bloques gigantes a los costados, todo terminaba en un deposito.
Para llegar allí, tendría que no ser vista por los dos pajaros gigantes, cuasi dragones de acero y plumas, que como gárgolas cuidaban desde los dos extremos el deposito.
Sin generar ni un respiro, me escabullí por un costado, sin que siquiera notaran mi presencia.
Un escalofrío me recorrió la espalda justo antes de pasar al ave.
Corrí hasta entrar en el deposito, que era otra casa.
Sonó el teléfono.
Me estaban esperando.

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